El ex galán de telenovelas llegó a Lima a presentar “Contracorriente”, la película de Javier Fuentes en la que encarna a Santiago, un pintor enamorado.

Saltó a la fama en las telenovelas colombianas de la década anterior, donde se convirtió en uno de los galanes preferidos de la audiencia femenina. Ahora Manolo busca nuevos retos que le permitan desarrollar su carrera como actor. Ha incursionado en el más complejo y exigente mundo del cine y tiene su propia productora de películas. Llegó a Lima para presentar el filme peruano “Contracorriente” de Javier Fuentes, donde nos sorprende por su sólida y sincera interpretación de Santiago, un pintor enamorado de un pescador en la costa peruana.

–¿Qué es para ti la actuación? ¿Qué significa en tu vida?
–Es mi pasión, es una razón de ser y de existir a través de los muchos personajes que interpreto. A través de ellos, de acuerdo con las historias, puedo contar diferentes aspectos de la vida y desde diferentes perspectivas. Muchas veces uno se enfoca solo en lo que uno es, por ejemplo, en Manolo Cardona. Si no tuviera momentos para ver la vida de manera distinta, a través de mis personajes, esta sería cuadriculada. Entonces, es una manera de escape también.

–La belleza física juega a favor de un actor, pero, también, puede encasillarlo. ¿Has sentido que te es difícil escapar al papel de galán?
–Toda mi vida he tratado de huir de ese término o de lo que significa esa palabra. Para ser honesto, el término “galán” me causa un poco de pereza y siempre en mi carrera como que he tratado de huir, y aunque me ha tocado hacerlo a veces –sobre todo en televisión, donde se suelen hacerse cosas muy estereotipadas– siempre trato de darle la vuelta y que nunca prime el físico o eso que se puede llamar “galán”, sobre todo ahora que mi carrera se ha desarrollado mucho más en otros aspectos.

–¿Qué fue lo que te animó a interpretar a un gay en “Contracorriente”?
–Yo creo que muchas cosas juntas, sobre todo era una forma de retarme a mí mismo, de preguntarme la razón por la que yo había escogido esta carrera. ¿Era por las cosas superficiales o era por lo profundo? Entonces, primó lo segundo. Cómo te decía, me interesa ver la vida a través de otros personajes. En este caso entender qué pasa por la mente de una persona que ama a otra de su mismo sexo, cuáles son sus motivaciones, cómo ve el mundo. Era como retarme a mí mismo, decirme si era capaz o no era capaz. Entonces, pues, gracias a Dios le hice caso a mi intuición, que es la que siempre ha estado conmigo en mi carrera.

–¿Cómo fue tu trabajo para crear al personaje?
–Por un lado, hablé con muchos amigos homosexuales y también busqué referencias, fue sobre todo un trabajo en conjunto con Javier, el director y siempre primó el querer hacer un personaje muy humano salido del estereotipo. Si ves a mi personaje de Santiago, te das cuenta que no es el cliché gay. Es homosexual porque esa es su condición humana, y es su forma de ver la vida. Siempre trato de buscar los personajes adentro, de adentro hacia fuera.

–¿Cómo fue trabajar con Javier?
–Fue una experiencia increíble, es un gran director. Yo creo que en un equipo cinematográfico la relación entre el actor y el director es muy importante, y Javier siempre nos escuchó, siempre oyó nuestros puntos de vista y supo sacar lo mejor de nosotros en los momentos que se necesitaba. Es una persona con la que puedes hablar, un gran cineasta y también, hoy en día, un gran amigo.

–¿Qué fue lo más divertido que te pasó en el rodaje de “Contracorriente”?–En Cabo Blanco las puertas de las casas era muy bajitas y la primera vez, saliendo de maquillaje a una escena, me golpeé en la cabeza y quedé prácticamente desmayado tres minutos. De ahí en adelante fue una constante de golpes en la cabeza durante todo el rodaje.

–El pueblo estaba hecho a otra escala…
–No sé si fue lo más divertido… Al final del rodaje me regalaron un casco de construcción firmado por todo el equipo

–Aparte de las obvias diferencias económicas entre un rodaje en Hollywood y otro en Cabo Blanco, ¿qué otras diferencias encuentras?
–Bueno, sobre todo lo que tú acabas de decir, es difícil quitar a un lado las económicas porque eso determina muchas cosas: que tengas mayores juguetes para filmar; es decir, que puedas tener grúas, cámaras, efectos especiales, etc. Con dinero puedes intervenir las locaciones muchísimo más. En cambio, a nosotros nos toca hacer un cine mucho más artesanal, un cine donde todo es más pensado y por lo tanto mucho más creativo. Yo creo que la creatividad aflora muchísimo más en nuestro cine que en el cine industrializado, es una cosa más de corazón, todo tiene una razón de ser.
Además, a nivel humano, los latinos somos mucho más cálidos que los estadounidenses. Con ellos es todo un poco más calculado, todo más frío, y nosotros somos más espontáneos, mucho más alegres, folclóricos de alguna manera. Y eso se vereflejado, tanto dentro como fuera del set.

–¿Cuáles son las películas que más disfrutas?, ¿Algún género, o te guías por la actuación?
–Las películas orientales. Las coreanas, las chinas, las japonesas, todo lo de Kurosawa, todo lo de Wong Kar Wai, todo lo de Park Kwang-Chun. Ese es mi cine favorito.

–¿Tienes algún personaje que algún día te gustaría interpretar?
–En algún momento tuve como un fetiche con algún personaje, pero hoy en día me llaman más los personajes humanos, cotidianos, que me llenen y que me hagan sentir y que pueda jugar con ellos.

–¿Tienes algún actor al cual admiras por su trabajo y que haya sido fuente de inspiración?
–Hay muchos actores que me gustan muchísimo y que en algún momento he seguido. Uno de ellos, por ejemplo, es Sean Penn, él me ha inspirado mucho. Daniel Day-Lewis, es otro actor que admiro.

–“Contracorriente” tuvo un gran éxito en el Festival de Sundance, donde ganó el premio de la audiencia. Considerando que el año pasado una película peruana fue nominada al Óscar, ¿piensas que “Contracorriente” podría seguir la misma suerte?
–Pues yo espero que podamos tener el honor de representar al Perú en esta lucha por el Óscar. Creo que es una producción con un mensaje muy profundo, que les gustaría muchísimo a los estadounidenses y a la Academia, en general.

–Cuando empezaste a actuar en telenovelas, ¿te imaginaste que esto te llevaría al cine y al inmenso éxito que estás teniendo?
–La verdad, nunca he sido una persona que se imagina las cosas que le van a pasar con tanto tiempo de anticipación. Ahora que ya tengo treinta y tres años y que tengo mucha más conciencia, trato de imaginar mi vida y visualizar las cosas. Posiblemente, por el poder que tiene la mente y la palabra para crear. Pero te confieso que cuando empecé, no lo imaginaba. Fue una consecuencia de estar entregado, que es lo que hay que hacer siempre en la vida.

Доступно только для пользователей